martes, 9 de octubre de 2012

EL PRIMER COMPLEMENTO

En la revisión de los seis años la enfermera detectó que igual Leire necesitaba ser visitada por el oftalmólogo. Así que allá fuimos. Desgraciadamente el mismo oftalmólogo que me llevó a mi de pequeña aún trabajaba en el ambulatorio, pero por suerte para futuros pacientes esta a punto de jubilarse porque ese señor es el claro ejemplo de que hay que idear un mecanismo para apartar a funcionarios inútiles y poner a gente válida. Yo dejé de ir a su consulta porque ni te miraba, suerte que nos derivo al optometrista y ese si que nos atendió correctamente y hace unos días a Leire le diagnosticaron astigmatismo. Así que ya esta equipada con su primer complemento.Yo la verdad es que necesito acostumbrarme porque la veo un poco rara.


jueves, 4 de octubre de 2012

EL RECUERDO DEL SUEÑO PLACENTERO

Si algo había en mi vida antes de la maternidad que me satisfacía plenamente era el no tener ningún tipo de problemas para dormir y lo normal era que todas las noches durmiera a pierna suelta y de un tirón y me levantaba renovada para empezar un nuevo día.
Eso cambió radicalmente el mismo día que nos entregaron a Leire y ahora soy de esas que he llegado a levantarme para ver si la niña respira.
No quiero decir con ello que ahora duerma mal. Se puede decir que sigo teniendo un sueño fácil y placentero siempre que mi hija tenga un sueño fácil y placentero porque a la que ella emite algún sonido o  esta algo inquieta mi sueño se va a tomar por saco y entro en un estado de semi inconsciencia que ni me deja dormir ni me deja descansar.
Y he de admitir que es una de las cosas que más echo de menos de cuando no era mamá, porque yo si no duermo no soy persona y he tenido suerte que la naturaleza le ha regalado a mi hija un sueño sin problemas porque no quiero ni persar que ella fuera de esas que da problemas con el tema.
No quiero decir con ello que no haya tenido alguna noche difícil, o alguna temporada difícil, pero como ya he explicado en alguna otra ocasión han sido épocas transitorias y la niña generalmente no da problemas en este sentido.
Y lo peor es que mi señor marido, con eso de que yo estuve de baja unos meses y el tenía que madrugar, se relajó de tal forma que si no es que la niña esta enferma, el ni se entera. Ya puede tener pesadillas, pedir pipí, hablar en sueños, rodar y rodar por la cama, pegar patadas a la pared... el a lo suyo, durmiendo como un pescao hasta que suena el despertador y eso ha provocado que en las raras ocasiones en las que se ha levantado a ver que sucedía la niña no se ha sentido consolada y al final la mamá ha tenido que levantarse a poner orden.
Y esto va a ir a peor porque cuando sea mayor y salga de fiesta no dormiré hasta que no llegue a casa, de eso estoy casi segura.