lunes, 18 de mayo de 2009

GARRAPATILLA

así es como llamo cariñosamente a Leire porque ella tiene lo que popularmente se conoce como mamitis. La verdad es que si lo analizo me doy cuenta que es inevitable que se comporte así. Durante los primeros siete meses que estuvimos juntas me dedique casi en exclusiva a ella, después reduje mi jornada laboral hasta que se cumplió el primer año desde su llegada, luego alarge la reducción un año más, pensé que sería suficiente pero no porque después alargue la reducción indefinidamente así que quien sabe podemos estar en esta situación hasta los ocho años.
Así que como trabajo de tardes y solo cuatro días a la semana Leire y yo pasamos juntas toda la mañana hasta que entre 12.30 y 13.00 se queda con una de sus abuelas en espera de que la recoga su padre.
Así que nos levantamos juntas, desayunamos, recogemos la casa, salimos ha hacer recados, vamos al mercado, vamos al parque un ratito... en fin que hacemos un montón de cosas juntas. Aunque el sentimiento de apego ha ido creciendo, creo que ya no puede crecer más, las separaciones ahora ya no son tan duras como al principio, cuando se quedaba llorando con las abuelas pero aún y así siempre tiene un momentillo de: me quiero ir contigo a trabajar, no quiero que trabajes, quedate conmigo... aunque sabe perfectamente que tengo que irme y hablamos y nos despedimos hasta que ella se queda contenta.
Leire es como una garrapatilla porque si nos sentamos a descansar en el sofá ella tiene que estar pegada a mí, si dormimos juntas tengo que abrazarla, si acaba de comer antes que nosotros me hace cogerla en brazos mientras yo como, si se va a dormir quiere que este cerca suyo hasta que casi de duerme, si vamos a la piscina me busca con la mirada hasta que me encuentra y me saluda con la mano... en fin un montón de situaciones la mar de agradables que me hacen sentir la madre más querida del mundo.
Antes me sentía un poco culpable con su padre porque ella aparentaba tener más afecto por mi que por él pero eso también ha cambiado. Manolo pasa las tardes con ella y juega mucho con ella con lo qual ella también esta muy apegada a su padre lo quiere muchísimo y le demuestra constantemente su afecto con un montón de besos y abrazos.
Si estamos nosotros ella siempre quiere estar a nuestro lado lo que despierta bastantes "celillos" de abuelos y tios, aunque claro son "celillos" inocentes.
Me encantaría que esta conexión que existe entre nosotros fuese siempre igual de intensa y que nos convirtiera en padres y cómplices y que la confianza y la sinceridad fuese la base de nuestra relación. Ojalá lo consigamos.

3 comentarios:

Nür dijo...

La complicidad entre padres e hijos hay que trabajarla desde el principio... así que creo que vais por el buen camino!! :D
Qué gustito da leer tanto cariño.
Un abrazote,
Nür

Anna dijo...

Yo también pienso ojalá sigamos teniendo esa complicidad que yo también tengo con Laura...pero me temo que la adolescencia nos puede deparar sorpresas...Pero bueno seguro que el buen trabajo que hagamos ahora se notará de una forma u otra. ¿No dicen que se recoge lo que se siembra?

M dijo...

Paciencia con las alergias, suele ser muy común.
Un besazo para Leire.
Besucos